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sábado, 23 de abril de 2011

Un espejo llamado Mortal Kombat II

El próximo lunes, día 25 de abril de 2011, me llegará un paquetito que contiene la versión PlayStation 3 de Mortal Kombat (2011). Las acciones de este título cotizan bien en bolsa, aunque más por la información que ha facilitado el equipo desarrollador encabezado por Ed Boon que por las experiencia que pude extraer de la demo para miembros del servicio PlayStation Plus. En cualquier caso y como ocurre con cada lanzamiento de la serie, mi memoria viaja al año 1993 en el que se publicó el excelso Mortal Kombat II. Personalmente considero a esta versión como el cénit de la franquicia y Ed Boon no debe alejarse demasiado de esa opinión, ya que para el enésimo retorno de Mortal Kombat, se mira más que nunca al juego que nos ocupa para intentar volver a la posición de máximo rival de Street Fighter.

La irrupción de Mortal Kombat en el panorama de la lucha 2D no puede definirse precisamente como tímida o tibia. Utilizar sprites digitalizados de actores de carne y hueso, dotar al juego de una estética de película de lucha de serie B y emplear unas dosis de violencia nunca vistas hasta la fecha, le depararon tanto la crítica despiadada de los medios de comunicación como la atención de un amplio espectro de jugadores. Tanto los incipientes fans de la lucha, que se aficionaron con la serie Street Fighter II, como los amantes de la violencia en general, quedaron prendados con una apuesta distintiva y bastante arriesgada. Siendo justos debemos decir que este primer Mortal Kombat no podía luchar contra Street Fighter en igualdad de condiciones, ya que su equilibrio entre jugadores, su sistema de combos y la inteligencia artificial de la CPU quedaban bastante retrasados respecto a la producción de Capcom. Pero debemos recordar que estábamos sólo ante el primer asalto.

El éxito del primer Mortal Kombat permitió a Midway disponer de un presupuesto muchísimo mayor para su secuela. Este detalle se notó principalmente en la calidad del vestuario de los actores digitales, en la mayor resolución y detalle de la cámara de digitalización y en la cantidad de efectos que se crearon para los escenarios, movimientos y golpes finales. Los Fatalities y Stage Fatalities se vieron potenciados incluyendo más de un movimiento final por personaje, además de crearse nuevas posibilidades en tono humorístico como los Friendships y Babalities.

Aunque por una parte este énfasis en potenciar los movimientos finales fue uno de los detalles que acabó conduciendo a la franquicia al ostracismo, hay que reconocer que también se mejoraron las posibilidades jugables, con un catálogo de movimientos mucho más amplio y un sistema de combos que marcaría el punto más álgido de la serie. A partir de este punto, Midway confiaría en combos enlatados muy encorsetados que limitaban bastante las estrategias, especialmente en lo referente a aperturas. Mortal Kombat II era un espectáculo de juggles y requería un gran dominio del tempo de cada luchador.

La ambientación de Mortal Kombat II mejoró también bastantes enteros respecto a su predecesor. Pese a seguir manteniendo ese toque de producción de peleas rodada en Hong Kong, hay que reconocer que la dirección artística se situó a otro nivel. Desde el arranque de la intro con una melodía tribal realmente salvaje, hasta los relámpagos que daban paso al logo del título, todo demostraba un mayor mimo y una calidad que dejaban a la anterior versión a la altura del betún. El toque oscuro, lúgubre y opresivo de cada detalle del Outworld junto al fantástico diseño de personajes, con un carisma brutal, convirtieron a este juego en una delicia visual.

No podemos olvidar el apartado sonoro tanto para efectos como para melodías. El speaker resultaba francamente potente y directo, las apariciones de Dan "Toasty" Forden todo un puntazo, pero sin duda lo mejor era la banda sonora, que complementaba perfectamente el despliegue artístico de los escenarios.

Aunque el resultado global no pueda equipararse en profundidad y pulcritud con las mejores entregas de Street Fighter, principalmente de nuevo por el comportamiento de la CPU, que nunca ha acabado de sobresalir dentro del género, sí que podemos decir sin temor a equivocarnos que nos encontramos ante uno de los juegos de lucha 2D más carismáticos y más recordados tanto de la época dorada de los salones recreativos como del catálogo de las consolas de 16 bits. Por ello y como mencionaba al inicio del artículo, con la salida inminente de Mortal Kombat -2011-, no puedo evitar fijar la vista en el arcade de 1993 para establecer la pertinente comparativa que situará, dentro de mi ranking personal, a la nueva producción de Netherrealm Studios.

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