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martes, 10 de mayo de 2011

Yie Ar Kung-Fu

Pese a que Street Fighter II fuera el desencadenante de mi afición a los videojuegos de lucha, ya había disfrutado con varias apuestas encuadradas dentro de la misma fórmula para plataformas como el Amstrad CPC464. International Karate+, H.K.M. (Human Killing Machine), Street Fighter y el juego que me ocupa en esta entrada: Yie Ar Kung-Fu. De todos ellos me quedo sin duda con este último título, obra de Konami.


Cuando todavía era un imberbe que cursaba la ahora extinta E.G.B., mis padres me sorprendieron con un inesperado regalo de cumpleaños, un flamante Amstrad CPC464 de cassette con un espectacular monitor de fósforo verde. Con el sistema venían una serie de aplicaciones de diverso tipo, desde juegos educativos como Animal, Vegetal, Mineral hasta clones de Pac-Man ambientados en Egipto: Oh Mummy!, pasando por tragaperras como Fruit Machine. Además me inicié en el estudio del lenguaje de programación Basic, para descubrir al poco tiempo que lo poco que se podía extraer de este microordenador por esas vías, era demasiado trabajoso.

Pronto pude acceder a un recopilatorio de juegos de Konami realmente mágico, que incluía una selección que todavía perdura en mi memoria: Ping-Pong, Green Beret, Hyper-Sports y Yie Ar Kung-Fu. Quizás el más adictivo y directo de todos fuera el emblemático juego de tenis de mesa con un enfoque bastante particular por la vista empleada, eliminando al tenista de la imagen, así como por los simpáticos efectos de sonido empleados.

Yie Ar Kung-Fu apostaba por una fórmula algo encorsetada para la época, ya que los juegos de lucha, o beat'em up como se les denominaba en la época, ofrecían una fórmula de avance con scroll lateral y peleas contra multitud de enemigos que culminaban normalmente con un desigual embite contra un jefe final. Double Dragon, Renegade, Vigilante y Dragon Ninja son algunos de los mejores exponentes de la época. Por aquel entonces nadie podría esperar que esa fórmula quedaría obsoleta con la llegada de los juegos de peleas uno contra uno.



La jugabilidad de Yie Ar Kung-Fu es bastante simple comparada con lo que entendemos a día de hoy por juego de lucha 2D e incluso por los estándares que fijó Street Fighter II. Sólo tenemos un luchador a nuestra disposición: Oolong, una limitación habitual para la época ya que por ejemplo Street Fighter sólo nos permitía escoger entre Ryu y Ken y Fatal Fury: King of Fighters ampliaba la selección a tres personajes: Andy y Terry Bogard además de Joe Higashi.

La gracia del asunto residía primero en el control, ya que las combinaciones de direcciones nos permitían acceder a una buena variedad de técnicas. Por otra parte estaban los enemigos que contaban con movimientos propios y patrones de ataque y debilidades exclusivas. De esta forma podíamos enfrentarnos contra luchadores de sumo como Buchu y a ninjas que emplean shurikens y nunchakus como Star y Nuncha. La colección de armas de los enemigos no parecía tener límite y veíamos desde enormes varas, espadas, y martillos hasta cadenas y abanicos.

La sucesión de enemigos concluía con Blues, idéntico en apariencia y técnicas a nuestro querido Oolong. Una vez derrotado volvíamos a iniciar la secuencia de combates pero con una dificultad mayor.

Los personajes que aparecían en el juego eran Oolong, Buchu, Star, Nuncha, Pole, Feedle, Chain, Club, Fan, Sword, Tonfun y el mencionado Blues. Como podéis comprobar los desarrolladores no dedicaron demasiados recursos a la búsqueda de nombres intrigantes. El título resultaba divertido, aunque a día de hoy sólo está reservado para los nostálgicos más puros ya que es imposible de disfrutar si no has convivido con él en su publicación, allá por el año 1985. 

El apartado gráfico puede calificarse de simpático, ya que las limitaciones de la época se dejan notar bastante en la suavidad de los movimientos y en la agilidad de la acción. La IA es bastante simple y se centra en unos patrones de ataque muy repetitivos, aunque en ocasiones desafiantes.


Debemos destacar la publicación de una versión para el servicio Xbox Live Arcade, que permite no tener que desempolvar nuestros microordenadores (en mi caso sería imposible ya que el azimut del cassette de mi CPC464 murió en combate), ni tener que tirar de emuladores. Dentro de la recopilación para Game Boy Advance: Konami Collector's Series: Arcade Advanced podemos encontrarlo con algún extra que otro bastante interesante.

Como comentaba al inicio del artículo, este título no fue el germen de mi fiebre por la lucha 2D, pero indudablemente junto a títulos como IK+, comenzaba a sentar unas bases que Capcom aprovecharía para crear su excepcional Street Fighter II.

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